Nocturna en el Arcolnocal

Bueno, pasada la resaca del finde y coincidiendo con la petición del rescate de los bancos, os cuento como fue la noche del viernes. No podía empezar mejor, ya que la hora de quedada eran las 6 de la tarde, por lo que de madrugar ni mijita. Aún así llegué tarde y es que aunque la mona se vista de seda…..Llegamos con tiempo, preparativos, y en marcha. Pensando que por aquello de la noche, Talvin me llevaría por pista, pero a la primera de cambio, venga senderos y algún campo a través. Hora y media de pedaleo para terminar viendo atardecer al lado de la torreta del forestal con toda la costa al fondo. Si hubiera tenido una cámara de 2000 euros y un curso de fotografía hubiera hechado una foto estupenda. Media hora de cena íntima, y en marcha. Una bajada entre piedras y roderas que con cuidado, era interminable, a las que se unieron por momentos unos caballos, algún ciervo y un zorro. ¿La subida por el carril principal?, no. Por al lado de un riachuelo, que venía a parar primero a una zona de helechos de metro y medio y una casa abandonada de peli de miedo después. Más subida de tranqui y vuelta a la torreta del forestal que teniendo el candado quitado era toda una invitación a subir. Apagamos las luces y menuda estampa, todo los alcornocales, La Linea, Tarifa, Cortes, la costa, que por cierto, no sabía que vivía tanta gente en las fincas de allí. La vuelta también por senderos. Después de la recogida en el coche, una cocacola y patatas fritas en Ubrique. Por mucho que escribiera, esto hay que hacerlo por lo menos una vez, así que la próxima animaros. Por cierto, Arcos está tan lejos de Ubrique conforme menos gasoil quede en el coche. Al final llegamos y no hubo que empujar. Gracias a Talvin por la ruta y Salvi por las luces. VOLVEREMOS.

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