Sierra de Líjar…¡Precioso!

Y en ella nos dimos cita «los Tres Pimos». Sin prisas, saboreando cada metro ganado en la dura subida y disfrutando de unas imponentes vistas, tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con lugares ya visitados y descubrir los secretos de aquel sendero no encontrado en su día. Lástima, Langui.

La magnífica temperatura de la mañana, nos facilitó la subida, por momentos interminables, más de doce kms. , así como la claridad del día nos posibilitó disfrutar de las vistas negadas en la anterior visita. Incluso Manué, durante su merecido descanso, pudo disfrutar del vuelo y aterrizaje feliz de un parapente.

No haría justicia si tratara de describiros las sensaciones, bondades y «trampas», de un sendero que, ya de bajada a Algodonales, dio con los huesos de quien escribe, cosa cada vez menos extraña, así como con el orondo cuerpecito del inalcanzable en los descensos, Pepa, cosa esta sí destacable por inusual, contra el durísimo y empedrado suelo serrano.

Gran mérito el de Manué que, tras varios meses de inactividad, se lanzó como un insensato, perdón, jabato, por el desafío de las piedras.

Con la seguridad de que deberemos volver con los amantes de las sensaciones fuertes (para entonces llevaré protecciones), os dejamos unas fotillos para ir abriendo boca.

FOTOS

Saludos

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1 respuesta

  1. langui dice:

    Envidia cochina…Grrrrrrrr